Cada vez más dispositivos emplean microchips en su interior como CPU,
encargados de realizar cálculos y poder llevar a cabo todos los
procesos necesarios. Estamos avanzando hacia una era donde el
consumo energético por tener todos estos microchips va a ser bastante
preocupante. Si a esto le sumamos el hecho de que se quieren
desarrollar y entrenar cientos de modelos de IA, vamos encaminados
a tener un consumo elevado. Para poder reducir el uso de la
energía, se ha llevado a cabo una alternativa a los
microchips, creando un bioprocesador
con 16 organoides cerebrales capaz de consumir un millón de veces menos
energía.
Cada vez que sale una nueva generación de microchips, sean
procesadores o tarjetas gráficas, estos aportan mejoras de
rendimiento y
eficiencia. Estas no son fijas y dependen
totalmente de la arquitectura empleada, de las frecuencias
alcanzadas o del nodo utilizado. Es por ello, que quizá veamos
grandes mejoras o de lo contrario, nos quedemos con unos nuevos
microchips que apenas aportan cambios frente a los anteriores.
FinalSpark anuncia su Neuroplatform, una plataforma online
donde se puede usar de forma remota un bioprocesador con
organoides
Es cierto que hemos avanzado mucho si nos comparamos a hace
una o dos décadas atrás. Por ejemplo, los procesadores hace 20 años
utilizan un solo núcleo y estaban fabricados con procesos de unos
100 nanómetros comparados a los 5/3 nm de la actualidad. Aun así y
a pesar de los avances, con la llegada de la IA generativa y la
importancia que tiene esta, se avecina un consumo de energía enorme
si esto continúa así. Ya hemos visto que para entrenar modelos de
IA como Grok 3 de Elon Musk, se requieren
100.000 GPU NVIDIA H100 y este es solo uno de los
muchos modelos de inteligencia artificial que están en marcha.
Es por ello que FinalSpark, una empresa suiza de bioinformática,
ha lanzado la denominada Neuroplatform, un servicio online que
proporciona acceso remoto a 16 organoides del cerebro
humano creando así un nuevo tipo de bioprocesador que
consume un millón de veces menos energía que los microchips digitales.
FinalSpark indica que su Neuroplatform es capaz de aprender
y procesar información, por lo que con su bajo consumo
energético, podría llegar a ser muy útil para la inteligencia
artificial.
Gracias a los avances tecnológicos lograron hacer que los
bioprocesadores permanezcan vivos durante 100 días
Según el estudio que ha realizado esta empresa suiza de
bioinformática, el entrenamiento de un único LLM como
GPT-3 requiere aproximadamente 10
GWh. Esto equivale a 6.000 veces más
consumo que el que realiza un ciudadano europeo en todo un
año. Debido a esto, la creación y desarrollo de bioprocesadores
permitiría reducir el impacto medioambiental de la informática en
gran medida. Ya vimos el concepto de los bioprocesadores con organoides
cerebrales e IA con Brainoware a
finales de 2023, siendo este el primer caso de «biocomputadora
híbrida».
Volviendo a FinalSpark, la compañía menciona que su
Neuroplatform es wetware, mezcla de
software, hardware y biología.
Esta emplea 4 matrices multielectrodo (MEA) que
tienen en su interior los organoides, órganos miniaturizados
producidos en vitro. Cada una de estas MEA incluye 4 organoides,
los cuales están interconectados por 8 electrodos y los datos se
registran con conversores analógico-digital con 30 kHz y 16
bits.
La compañía suiza ha dado acceso a esta plataforma online con
organoides a nueve instituciones con el fin de impulsar la
investigación y desarrollo del bioprocesamiento. Gracias a la
colaboración de estas entidades, se espera poder crear el
primer procesador vivo del mundo. Estos
permanecían «vivos» durante unas pocas horas inicialmente, pero con
los avances realizados ahora son capaces de aguantar unos 100 días.
Las instituciones deben suscribirse por 500 dólares al mes
por usuario para poder acceder a la plataforma.
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