Tener una casa se siente cada vez más fuera del alcance de muchos posibles compradores, y la escasez de oferta en todo el país significa que será más económico rentar que ser propietario por mucho tiempo, según CBRE.

Una nota de la firma de servicios inmobiliarios muestra que el pago mensual promedio de la hipoteca era un 38% más alto que el alquiler promedio de un apartamento a fines de 2023. Ambos gastos estaban estrechamente alineados hasta 2019, y los pagos mensuales de la hipoteca más impuestos han aumentado un 75% desde entonces.

«La disparidad entre los pagos de la hipoteca y los costos de alquiler representa un obstáculo sustancial para los aspirantes a propietarios», dijo Matt Vance, jefe de investigación de multifamiliares de CBRE para las Américas. «El fuerte aumento en el costo de comprar una casa ha hecho cada vez más difícil que individuos y familias hagan la transición de alquilar a ser propietarios».

«Incluso aunque el costo adicional para comprar una casa pueda disminuir en los próximos años según las previsiones de precios de viviendas, tasas de interés y crecimiento de alquileres, se espera que siga siendo lo suficientemente alto como para mantener a los inquilinos de hoy alquilando por más tiempo».

La firma también encontró que cuando los costos de compra aumentan, la demanda de alquiler también aumenta.

«Vimos esto en 2023, cuando la demanda normalmente más lenta de los trimestres 3 y 4 superó a la del trimestre 2. Antes de la pandemia, el trimestre 2 casi siempre había sido el trimestre más fuerte para la absorción», dijo la nota.

Mirando hacia el futuro, se pronostica que los alquileres multifamiliares aumentarán un 2.8% anualmente durante los próximos cinco años. Esto, combinado con una escasez de 3.8 millones de hogares, requerirá una mezcla de precios de vivienda en descenso y tasas de interés hipotecarias reducidas para lograr la paridad entre el costo de ser propietario versus alquilar, según CBRE.

«Con las tasas de interés hipotecarias a largo plazo que se espera que sigan por encima de sus niveles anteriores a la pandemia, los propietarios pueden descubrir que la financiación baja que obtuvieron hace años los mantendrá en sus hogares actuales por más tiempo. Esto, a su vez, seguirá reprimiendo la actividad de venta, lo que impulsará aún más los precios de las viviendas».

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