China está aumentando rápidamente su fuerza militar de una manera más expansiva de lo visto desde la Segunda Guerra Mundial, lo que significa que está en camino de cumplir su objetivo para el 2027 de estar listo para una invasión a Taiwán, dijo el Almirante de la Marina de los EE. UU. John Aquilino.
«Todas las indicaciones apuntan a que el PLA cumplirá la directiva del presidente Xi Jinping de estar listo para invadir Taiwán para el 2027», escribió Aquilino en su testimonio ante el Comité de la Cámara de Servicios Armados de los Estados Unidos.
«Además, las acciones del PLA indican su capacidad de cumplir con el cronograma preferido por Xi para unificar a Taiwán con China continental por la fuerza si así se ordena», agregó el almirante, quien se retira como jefe del Comando Indo-Pacífico de los Estados Unidos.
Es notable que Aquilino les dijo a los legisladores en una audiencia el miércoles que también cree que China aún espera asimilar a Taiwán sin recurrir a la guerra, aunque Beijing se está acercando rápidamente a la capacidad para un asalto.
Tanto él como el Secretario Adjunto de Defensa para el Comando Indo-Pacífico, Ely Ratner, dijeron que la amenaza de un conflicto directo entre EE. UU. y China no es «ni inmediata ni inevitable», pero que el Pentágono debe actuar rápido para reducir el riesgo de guerra.
Su cronograma proyectado se alinea con el dado por su predecesor, el Almirante retirado Philip Davidson, y otros líderes militares de los EE. UU. que señalan que China busca alcanzar capacidades de invasión a Taiwán para el 2027 sin necesariamente desear la guerra.
Aquilino escribió en su testimonio que, de las tres principales preocupaciones de EE. UU. en la región —Rusia, China y Corea del Norte—, China es el «único país que tiene la capacidad, capacidad e intención de trastornar el orden internacional».
«En una escala no vista desde la Segunda Guerra Mundial, la construcción del PLA está ocurriendo en tierra, mar, aire, espacio, ciberespacio y ámbitos de información», agregó.
El ejército de China ha añadido más de 400 aviones de combate y 20 buques de guerra a su arsenal y ha duplicado su inventario de misiles en los últimos tres años, dijo Aquilino.
Al mismo tiempo, Beijing ha aumentado en un 50% el número de satélites que tiene en órbita y más que duplicó su arsenal de cabezas nucleares, añadió.
Aquilino instó a que EE. UU. intensifique su desarrollo militar, diciendo que las amenazas en el Indo-Pacífico continúan «creciendo y acelerándose».
«Debemos ir más rápido», Aquilino les dijo repetidamente a los legisladores durante la audiencia de dos horas del miércoles.
Recomendó desplegar sistemas en Guam que puedan defenderse contra misiles hipersónicos y de crucero para el 2027, dos años antes del plazo fijado por el Congreso en diciembre.
Este año, el Comando Indo-Pacífico presentó en una lista de deseos prioritarios que esperaba $11 mil millones más que los fondos asignados por la Casa Blanca, con $430 millones solicitados para el sistema de defensa de misiles en Guam, según documentos obtenidos por Politico Pro.
China no ha señalado oficialmente una guerra inminente con Taiwán. Sin embargo, Xi ha dicho que cree que la unificación es inevitable. También se ha negado a descartar la asimilación de la isla autónoma por la fuerza.
Los analistas han debatido sobre la capacidad de China para llevar a cabo con éxito una invasión anfibia a la isla, y la probabilidad y prontitud de la intervención de EE. UU. son esenciales para el cálculo.
Si Beijing invadiera a Taiwán, tendría la hercúlea tarea de trasladar de manera segura una gran fuerza terrestre sobre el estrecho. China parece estar explorando opciones de transporte, como requisar barcos civiles para ayudar en el traslado.
Por otro lado, los analistas señalan que la mejor opción de defensa para Taiwán probablemente sería resistir hasta que EE. UU. llegue.
Mientras tanto, los líderes de EE. UU. han estado preocupados por el mandato de Xi de convertir al ejército de China en una fuerza «de clase mundial» para el 2027, ya que la Casa Blanca teme que Beijing busque suplantar a EE. UU. como la potencia dominante en el Indo-Pacífico y eventualmente en el resto del mundo.
Más recientemente, las fuerzas de Beijing se vieron envueltas en un escándalo de corrupción que llevó a Xi a destituir a múltiples líderes de alto rango, incluidos algunos de su Fuerza de Misiles enfatizada.
La purga y los informes de corrupción que afectaron materialmente al arsenal de China dispararon preguntas a nivel internacional sobre la verdadera fuerza del Ejército de Liberación Popular y si los objetivos militares de Xi se han retrasado.
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