Hablar sobre la importancia de CSS en el armado de un sitio web nos puede llevar a muchos lugares comunes. Hoy en día dominar CSS es una de las piedras angulares del maquetado. A la hora de pensar en el Font-end está claro que el armado y organización de las hojas de estilos puede resultar un factor clave para un proyecto que requiera mantenimiento y actualizaciones constantes.
El CSS es el lenguaje que da vida y estilo a la web. Sin embargo, manejarlo eficientemente puede ser todo un desafío, especialmente en proyectos grandes. Un código CSS mal organizado o ineficiente puede llevar a problemas de mantenimiento, escalabilidad y rendimiento
Por todas estas razones en este artículo hablaremos sobre como optimizar y organizar nuestras hojas de estilos para proyectos simples y avanzados.
Los desafíos que enfrentamos al crear un sitio
La creación de un sitio nos pone a prueba constantemente. Desde las primeras ideas hasta la puesta en producción, deberemos afrontar diferentes etapas: bocetos, prototipado, maquetación, programación, revisiones y pruebas, son algunas de las cosas que se nos pueden venir a la mente. Pero también debemos pensar más allá. Nunca debemos perder de vista lo relacionado con rendimiento, mantenimiento y escalabilidad. Estos factores son clave y deben ser ponderados para que el sitio pueda tener una vida útil que cumpla las expectativas planteadas en el proyecto.
Otro factor que siembre destaco, y que resulta de gran importancia, es que hoy en día no alcanza solamente con saber escribir el código. Es vital comprender las necesidades de cada proyecto, saber llevarlas adelante y luego poder volcarlas en el código. Esto, en muchos casos, requiere de un equipo preparado para enfrentar los desafíos que el flujo de trabajo propone.
A continuación veamos en específico las recomendaciones para organizar y optimizar nuestras hojas de estilos.
Organización de nuestras hojas de estilos
Una buena estructura de archivos es fundamental. Dividir nuestro CSS en múltiples archivos según la lógica de del proyecto es un paso vital a la hora de pensar la estructura. Por ejemplo, podríamos tener un archivo para las referencias a tipografías, otro para los botones, y así sucesivamente. Esta modularización facilita la búsqueda y actualización del código. Pero también podríamos elegir crear un archivo CSS principal con los estilos generales del sitio y luego para cada página o sección, con sus particularidades.
Las metodologías de nomenclatura como BEM (Block, Element, Modifier), OOCSS (Object Oriented CSS) y SMACSS (Scalable and Modular Architecture for CSS) pueden ser de gran ayuda si buscamos alternativas probadas y escalables. Si nos detenemos en lo que nos ofrece BEM, por ejemplo, podríamos estructurar nuestro CSS de manera que cada clase tiene un propósito único y claro. Esto evita conflictos y facilita mucho la comprensión del código para otras personas de nuestro equipo que deban leer el código.
A la hora de escribir el CSS, especialmente si trabajamos en equipo, no debemos olvidar la importancia de los comentarios. Siempre señalo en mis clases que un código bien documentado es más fácil de leer, entender y mantener. Un aspecto que debemos tener siempre en mente es que los comentarios deben explicar con claridad el «por qué» , no solo el «qué». Cabe decir que los comentarios también deben ser concretos y aportar claridad cuando es necesario. En este sentido el exceso tampoco ayuda.
Optimización del CSS
Un código «limpio» y «claro» es el punto de partida de un proyecto. Si bien esto es vital pensarlo desde el comienzo, es igual de importante mantenerlo durante todo el ciclo de vida del proyecto. Caso contrario, todo lo bueno que hayamos pensado en un inicio se irá perdiendo con el tiempo.
Si bien CSS se mantiene en constante evolución, es cierto que aún hoy los preprocesadores como SASS o LESS permiten escribir CSS de manera más eficiente y con menos código. Características como variables, mixins, funciones y la posibilidad de anidar hacen que nuestro CSS sea mucho más potente. Al ser compilados, se puede obtener un código CSS compatible con la gran mayoría de los navegadores actuales.
Cabe decir que en el plano de la optimización, debemos contemplar alguna herramienta que permita «minificar» los archivos CSS a la hora de subirlos a producción, para que de esta manera pueda reducir su peso y ser más livianos. Especialmente en proyectos grandes, resulta importante que esta opción se encuentre automatizada el el flujo.
Si pensamos en dar un paso más avanzado, existen diversas técnicas para cargar las hojas de estilos de manera eficiente. Por ejemplo, se pueden utilizar los media queries para cargar hojas de estilos solo cuando sean necesario. Otra técnica para tener en mente es la carga diferida de CSS no crítico. Esto también puede mejorar los tiempos de carga de una página.
Incorporar herramientas de test puede ser otro factor clave. PageSpeed Insights es una potente herramienta en línea para verificar el rendimiento de una página: https://pagespeed.web.dev/. Luego de evaluar el enlace que le indiquemos obtendremos resultados de rendimiento y recomendaciones para optimizar.
En conclusión
Si lo pensamos de una manera profunda, la optimización del CSS debe verse como una filosofía del proyecto y no solamente como una tarea puntual. No debe ser solo un eslabón más de la cadena, tiene que ser un concepto relevante a la hora de planear todo. Esto implica mantenerse al día con las mejores prácticas, entender las limitaciones de los dispositivos que pueden usar los usuarios y también de los navegadores. Siempre hay que buscar formas de hacer que nuestro código sea más ligero y más rápido.
La gestión efectiva de las hojas de estilo es mucho más que un simple requisito técnico en la creación de un sitio web. Puede pensarse como un arte que equilibra la estética con la funcionalidad, la claridad con la eficiencia.
Al profundizar en la organización y optimización de las hojas de estilo, no solo estamos hablando de escribir bien el código; también estamos hablando de establecer un fundamento sólido para la experiencia de usuario y la accesibilidad de nuestro sitio web. Todos estos aspectos son clave para un sitio profesional y benefician también el posicionamiento en los buscadores.
Una buena organización y optimización del CSS pueden resultar cruciales para cualquier proyecto web. Al implementar las prácticas mencionadas en este artículo, no solo podremos mejorar la eficiencia de nuestro código, sino también la experiencia del usuario final.
Para finalizar me gustaría decir que siempre señalo que un buen CSS es aquel que no solo luce bien, sino que también está bien escrito y organizado. Al fin de cuentas, el código también es «poesía»
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