Hoy como creadora de contenido estoy llena de rabia y tristeza, como canaria, estoy rota.
No, no todo vale por el engagement. No, no todo se puede permitir por un like. Mi frase favorita y que repito es «El engagement nunca es malo» pero hoy añadiría, «El engagement nunca es malo, pero si traspasa las pantallas, si tiene una consecuencia real, sí».
El sábado 24 de febrero, un evento promocional ligado al DN7 Festival ha generado una considerable polémica. La iniciativa, que prometía 1.000 euros ocultos en un maletín dentro de un espacio natural protegido en Gran Canaria, ha desatado una ola de críticas por incentivar potencialmente un daño irreparable a uno de los ecosistemas más valiosos y frágiles de Europa.
Las Dunas de Maspalomas es un lugar protegido que tiene que sufrir las pisadas diarias de turistas que no aceptan leer los carteles de aviso. Y ahora, ha tenido que sufrir las consecuencias de una acción viral.
Una búsqueda del tesoro que para criterio de dos creadores de contenidos era una brillante idea se ha convertido en todo un atentado, incitando a todo su target a ir a las Dunas y cavar con palas en busca de 1000€.
Podría hacer una análisis personal de por qué está mal, decir palabrotas y vomitar rabia. Pero en este caso me voy a limitar a decir:
- Antes de realizar una campaña viral analiza, analiza tu audiencia, tu alcance y reflexiona qué consecuencias pueden tener.
- No todo vale, la vida real es valiosa. El planeta es valioso. No pretendo que hagas greenwashing, solo tener conocimientos básicos ecológicos, respetar el patrimonio y el entorno natural.
- Ten un poco de “fundamento” y piensa que los referentes de este presente son los creadores/as de contenido, y como tal, tenéis una responsabilidad con los jóvenes, de difundir valores. Ese es el precio de los likes.
¿Vale la pena la acción con la crisis reputacional que ahora tienes? La sanción son sólo 600€, quizás esto se olvide en una semana y que pase otra polémica en otro lugar con otro influencer o marca. Pero quien no olvida es el planeta.
Por dar una visión positiva, espero que esto inspire a otras marcas a no cometer esta clase de errores. Que colaborar con ciertos influencers tiene un precio. En este caso el “influencer” ha tenido que cerrar su cuenta por todo el hate que ha recibido y la marca que está detrás, está en todos los medios de comunicación. Un mal análisis y una mala elección conlleva un nefasto resultado.
Las redes sociales son el referente de este momento, por mucho que pese. Y por tanto, las marcas tenemos el deber moral de enseñar valores y crear acciones que suman un mundo mejor.
Mantente informado de las noticias más relevantes en nuestro canal de Telegram