El Parlamento Europeo ha dado luz verde a una nueva directiva que busca mejorar el etiquetado de productos y prohibir las afirmaciones medioambientales engañosas, el conocido como greenwashing. Este cambio es crucial para los profesionales del marketing y las empresas de comercio electrónico, ya que afecta directamente las estrategias de publicidad y comunicación de productos.
Una directiva clave para la transparencia en el marketing
La nueva directiva busca cambiar el juego en cuanto a la publicidad de productos se refiere. Con una abrumadora mayoría de 593 votos a favor frente a 21 en contra, esta directiva busca proteger a los consumidores de las prácticas de marketing engañosas y ayudarles a tomar mejores decisiones de compra. Lo que hace especial a esta directiva es su enfoque en combatir el greenwashing y la obsolescencia temprana de los productos, prácticas que ahora se suman a la lista de prácticas comerciales prohibidas en la UE.
Publicidad más precisa y fiable
El cambio más significativo de esta directiva es el enfoque en hacer el etiquetado de productos más claro y confiable. Se prohibirá el uso de afirmaciones ambientales generales como «amigable con el medio ambiente», «natural», «biodegradable», «clima neutral» o «eco» sin pruebas concretas. Además, ahora se regulará el uso de etiquetas de sostenibilidad, dada la confusión causada por su proliferación y la falta de uso de datos comparativos. En el futuro, solo se permitirán en la UE las etiquetas de sostenibilidad basadas en esquemas de certificación oficiales o establecidas por autoridades públicas.
La ponente del Parlamento, Biljana Borzan expresó su satisfacción: “Esta ley cambiará la vida cotidiana de todos los europeos. Nos alejaremos de la cultura del descarte, haremos que el marketing sea más transparente y lucharemos contra la obsolescencia prematura de los productos. Las personas podrán elegir productos más duraderos, reparables y sostenibles gracias a etiquetas y anuncios fiables. Lo más importante es que las empresas ya no pueden engañar a la gente diciendo que las botellas de plástico son buenas porque la empresa plantó árboles en algún lugar, o decir que algo es sostenible sin explicar cómo».
Enfoque en la durabilidad
Otro objetivo importante de la nueva ley es hacer que productores y consumidores se centren más en la durabilidad de los bienes. La información de garantía debe ser más visible y se creará una nueva etiqueta armonizada para dar más prominencia a los bienes con un período de garantía extendido. Además, se prohibirán las afirmaciones de durabilidad infundadas, los incentivos para reemplazar consumibles antes de lo estrictamente necesario y presentar bienes como reparables cuando no lo son.
La lucha contra el greenwashing, una seria advertencia para las marcas
Esta directiva representa un paso importante hacia una mayor transparencia y honestidad en el marketing de productos. Como profesionales del marketing digital y eCommerce, debemos estar atentos a estos cambios y adaptar nuestras estrategias para asegurar que cumplimos con estas nuevas regulaciones.
En el contexto del marketing digital, la sostenibilidad será un tema importante en 2024, y las marcas deben estar concienciadas para incluirlo en su agenda sin caer en actitudes reprochables como el greenwashing. Los consumidores no solo están interesados en adquirir productos o servicios, sino también en conocer los valores de la marca, especialmente en lo que respecta a la responsabilidad medioambiental y social. Por otra parte, una auténtica sostenibilidad en el comercio electrónico no solo implica responsabilidad propia, sino también exigir a los proveedores que sean transparentes.
Prácticas reprochables como utilizar el medio ambiente para captar la atención del consumidor de manera sutil, insinuando que el uso de sus productos o servicios puede hacer al consumidor más responsable con el planeta, trasladando así la responsabilidad al consumidor, deben convertirse en cosa del pasado.
Como ejemplo claro de greenwashing podemos destacar el silencio climático observado en el verano de 2022, cuando, durante una ola de calor en Europa, solo 6 de 2.325 publicaciones en redes realizadas por 22 empresas de petróleo, automóviles y aerolíneas europeas hicieron alguna alusión al cambio climático, sin referirse a las causas de este.
Otros ejemplos polémicos de greenwashing incluyen a marcas como Volkswagen y su «Dieselgate»: En 2015, Volkswagen fue acusado de falsear pruebas de emisiones para que sus vehículos diesel parecieran más ecológicos. Otro ejemplo célebre puesto por organizaciones como Greenpeace es el de BP (British Petroleum) que intentó reposicionarse como una compañía más verde y consciente del medio ambiente, incluso cambiando su logotipo a una flor verde y amarilla y usando el lema «Beyond Petroleum». Sin embargo, la empresa ha sido criticada por sus prácticas de extracción de petróleo y gas, y particularmente por el desastre del derrame de petróleo en el Golfo de México en 2010.
Es conocido también el caso de H&M y su «Conscious Collection» lanzando una colección de ropa que se promocionaba como sostenible, cuando ha sido criticada por sus prácticas de producción en masa y por contribuir a la cultura del «fast fashion», que generalmente se considera dañina para el medio ambiente debido a la sobreproducción y el desperdicio.
Foto: generada con GPT4
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